La historia ancestral de una hacienda marcada por devoción religiosa, herencias familiares y transformación a través de los siglos.
Durante los primeros años de la colonización en el Reino de Nueva Galicia, las haciendas y estancias solían identificarse por el nombre de sus propietarios. Así nació la Labor de Rivera, conocida originalmente como la labor de María de Colio desde 1567, cuando fue adquirida por su esposo Juan Guerra. Más tarde, su hijo, el padre Diego de Aguiar, le dio el nombre de labor de San Nicolás, en honor a San Nicolás de Tolentino, convirtiéndolo en el patrono de la propiedad.
Con el paso de los años, el nombre popular evolucionó según los apellidos de sus sucesivos dueños. Fue conocida como la labor de Nicolás de Rivera, tras el matrimonio de María, heredera de la finca, con Nicolás de Rivera. Finalmente, el nombre se consolidó como Labor de Rivera, aunque también fue llamada la labor de los Siordia o la labor de los Nicolases, debido a los múltiples propietarios que compartían ese nombre.
La Labor de Rivera no solo fue heredada por prominentes familias, sino también por figuras del clero. El padre Diego de Aguiar, uno de los primeros dueños, dedicó gran parte de su vida a expandir la propiedad y fomentar la fe entre los habitantes, oficiando en náhuatl y otras lenguas indígenas. A él se le atribuye la construcción de la primera capilla en la hacienda.
Con el tiempo, otros sacerdotes tomaron posesión de la propiedad, entre ellos:
La espiritualidad siempre fue un pilar central en la Labor de Rivera. Desde tiempos del padre Diego de Aguiar, se instauró el culto a San Nicolás de Tolentino, defensor de las ánimas del purgatorio. En su honor, se establecieron celebraciones anuales cada 10 de septiembre, tradición reafirmada en testamentos de los descendientes.
También se celebraban:
Estas festividades unieron a indígenas, trabajadores y vecinos, convirtiendo a la hacienda en un centro espiritual y comunitario.
Hoy, la Labor de Rivera no solo representa un lugar físico, sino una herencia viva de la historia colonial mexicana. Sus muros y tierras encierran siglos de fe, transformación social, y tradiciones familiares, ofreciendo un valioso testimonio del mestizaje cultural y religioso que dio forma a las haciendas de Jalisco.
¿Qué dicen de nosotros?
Hacienda Labor de Rivera Hotel Boutique & Eventos
Descubre un tesoro del siglo XVII en el corazón de la Ruta del Tequila. A solo unos minutos de Guachimontones, nuestra hacienda combina historia, lujo y naturaleza para ofrecerte experiencias únicas: hospedaje boutique, eventos inolvidables, paisajes espectaculares y actividades como paseos a caballo, kayak y spa. Vive la magia de México entre tradición y confort contemporáneo.